que la razón no razona,
y el corazón no admite consejos.
Sé que es amor de otro hombre
que jamás de sus pechos beberá mi boca,
sin embargo,
necesito escuchar su voz
respirar el aire que respira ella,
compartir la fragancia de las flores
que a veces nos envuelve
cuando de noche caminamos
perdidos sobre el asfalto.
Aveces pienso
que sólo por ella llegué a sufrir
que también por ella
con el paso del tiempo
volví a reír.
A veces pienso
que tan solo vivo
esperando de sus manos
el tallo de una hermosa flor,
y de sus labios el beso más casto
que cada noche me regala
cuando nos despedimos en la calle cuatro.
A veces pienso
que las estrellas compiten
por reinar en la noche,
y se visten de fiesta,
para sucumbir al amanecer
celosas de sus labios rojos.
A veces pienso
cuando ya se pierde
por la cuesta arriba
que su hechizo y su encanto
me persiguen,
ella es el agua, yo soy la sal,
ella es la ola...
que agita mi mar.
A veces pienso
que si ella no existiera
tendría que inventarla.
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